El Programa de VIH/SIDA de la Ciudad de México, se ha convertido, en tan solo tres años, en un modelo de buena práctica en la atención de este problema de salud pública que afecta a miles de personas en nuestro país.
A LA OPINIÓN PÚBLICA,
El Programa de VIH/SIDA de la Ciudad de México, se ha convertido, en tan solo tres años, en un modelo de buena práctica en la atención de este problema de salud pública que afecta a miles de personas en nuestro país. La actual dirección del Programa ha logrado organizar y desarrollar una serie de programas y servicios que han beneficiado a miles de personas con VIH, con SIDA o en riesgo de infección por el virus en esta ciudad. El equipo de servidores públicos que lo dirige no se ha limitado a proporcionar tratamiento antirretroviral y análisis clínicos de monitoreo médico a la personas usuarias de la Clínica Especializada Condesa (CEC), adscrita al Programa, sino que, siguiendo las recomendaciones internacionales, ha creado una serie de programas y servicios dirigidos a atender a las personas más expuestas y vulnerables al riesgo de infección por VIH. Por ejemplo:
» Atención a Infecciones de Transmisión Sexual en la Población de Hombres que tienen sexo con Hombres, la población más afectada por la epidemia.
» Salud Sexual y Reproductiva en Mujeres en Alta Marginación
» Programa de Atención y Control del VIH en centros penitenciarios del DF, que ha logrado abatir la mortalidad y elevar la calidad de vida de los internos con VIH.
» Prevención del VIH e infecciones de Transmisión Sexual en Personas Víctimas de Violencia.
» Centro de Atención a Personas Transgénero, único en su tipo en donde, además del tratamiento antirretroviral se proporciona tratamiento hormonal y que tiene el enorme beneficio de mantener cerca de los servicios de atención y prevención a una población particularmente vulnerable.
» Detección y diagnóstico integral de VIH. Este programa es único e innovador no sólo en nuestro país, sino a nivel internacional. Modelo que se está buscando replicar en otros lugares dentro y fuera del país.
En la Clínica Especializada Condesa, que actualmente atiende a más de 6 mil pacientes, se organizó los servicios para proveer una atención integral de calidad que permitió elevar sensiblemente la calidad de la atención; puso en orden la farmacia; ha logrado mantener el abasto ininterrumpido de los antiretrovirales a los pacientes; avanzó en la actualización de expedientes; e inició el boletín de la Clínica en el que se hace público su desempeño en términos de indicadores claros sobre sus procedimientos y rendición de cuentas. Una vez más, un modelo ejemplar con estándares internacionales.
Por el lado de prevención, el Programa de VIH/SIDA de la Ciudad inició un proceso dinámico y de vanguardia para la generación de evidencia como la implementación de un programa en el sistema penitenciario de la Ciudad de México; donde se implementó un programa de detección integral que ya ha cubierto a más de 25 mil internos y en forma paralela dio un avance espectacular en la cobertura de tratamiento, logrando en un año que el 85% de los pacientes se encuentre indetectable. En la CEC los capitalinos cuentan con un servicio de detección de VIH ágil, confiable y gratuito. El tema que se está discutiendo con mayor intensidad entre la comunidad científica y responsable de políticas públicas a nivel internacional, que es la importancia de la detección oportuna y el acceso a tratamiento antiretroviral a la mayor cantidad posible de personas con VIH, como medida preventiva eficaz para disminuir el avance de la epidemia se ha traducido en un programa concreto en la CEC que seguramente servirá como referente para otros espacios.
El Programa de VIH/Sida también ha mostrado un enorme liderazgo en la generación de conocimiento y de evidencia científica para sustentar sus acciones y la implementación de sus programas. De manera notable abrió sus puertas a investigadores de la salud y de las ciencias sociales en el campo del VIH de los Institutos Nacionales de Salud Pública, de Cancerología y de Ciencias Médicas y Nutrición; del Hospital General Manuel Gea González; de la UAM y de la UNAM; así como de reconocidas instituciones internacionales como los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos, la Fundación Bill y Melinda Gates y la Universidad de Emory en Atlanta con quienes realiza o está por iniciar proyectos de investigación clínica y social diversos. Esta red tan amplia de colaboración con el sector académico es única en nuestro contexto, a pesar de los obvios beneficios que tiene para apoyar la generación de evidencia.
Además, el Programa de VIH/SIDA ha establecido alianzas y colaboraciones con diversas organizaciones de la sociedad civil e instituciones como la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal para mejorar la calidad de la atención y garantizar el respeto a los derechos humanos de las personas con VIH usuarias de sus servicios. Desde hace más de un año funciona dentro de las instalaciones de la Clínica Especializada Condesa un Módulo de Atención en Derechos Humanos manejado de manera autónoma por una organización civil. Estos son ejemplos del carácter innovador, no solo en el ámbito de la atención médica y científica, sino en el campo de los derechos humanos que ha desarrollado el grupo al frente del Programa de VIH/SIDA y la Clínica Especializada Condesa.
Como académicos y clínicos que trabajamos en diferentes instituciones de salud y de las ciencias sociales en el área del VIH/SIDA en México, lamentamos profundamente que la dirigencia del sindicato de trabajadores, donde están afiliados los trabajadores de la CEC, tome medidas que pueden poner en riesgo un proyecto tan importante y que en última instancia afectan seriamente la salud de miles de personas. Especialmente reprobable es que se haya impedido la entrada a la clínica a la Dra. Andrea González, Coordinadora del Programa de VIH/SIDA de la Ciudad de México, al Dr. Jesús Casillas, Director de la CEC; y al Dr. Ubaldo Ramos, Subdirector médico de dicha Clínica. Estas acciones son vergonzosas y contradictorias con la misión de los trabajadores del sector salud, especialmente para una Ciudad que hasta ahora ha dado ejemplos notables de avances hacia la protección social de grupos vulnerables.
Nos pronunciamos tajantemente en contra de estas acciones coercitivas e innecesarias que no sólo vulneran y ponen en riesgo seriamente la continuidad y los excelentes logros del programa integral de control del VIH/SIDA en la ciudad de México sino que, lo más grave, ponen en riesgo la salud y la vida de miles de pacientes con VIH atendidos por dicho Programa y finalmente a todos los habitantes de esta Metrópoli al afectar los programas de prevención en la lucha contra esta epidemia.
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